Reflexiones pop: El lado oscuro de la mente positiva



Nunca un arma como esta había sido tan inofensiva. 


Es agradable tener el sentimiento de felicidad, es agradable sentirse querido, comprendido y aliviado. La tristeza, la rabia y la preocupación son desagradables si. Es normal pensar esto.

Pero, y sin ánimos de anular la idea anterior, un aspecto que he notado en la cultura popular, en mi consulta, y en relaciones cercanas es la presencia de un estamento relacionado a la obligación de ser feliz. La infelicidad pareciera vivirse como un fracaso, como si algo estuviera incompleto, como si hubieran vacíos que llenar constantemente. En las redes sociales se muestra la "mejor versión de nosotros", esos momentos de importancia un avatar incompleto de nuestro universo privado. Las carencias, los anhelos mas profundos, la ausencia se hace ausente.

La idolatría del éxito y centenares de libros en estantería concurridas con esa promesa "¡Haz lo que digo, entiende las cosas como las entiendo yo, vive como vivo yo, un modelo de lo que el éxito debe ser!". Ingenuamente puede ser inspirador el tesón que exhiben estos personajes en sus relatos. Y no es que esté en contra de las historias de resiliencia, en algunas circunstancias pueden resultar salvavidas en tanto te puedas identificar con el protagonista, con sus padecimientos y sus limitaciones, sobre todo para poder ver en ese otro aspectos que te invitarían a identificar que puede moverte a ti.. 

Esto implica sobresimplificar experiencias humanas y descontextualizar respuestas, situaciones. En especial a partir de las conclusiones que estos influencers exhiben, y las conclusiones que si bien no esgrimen directamente, es un camino al que conduce su forma de conceptualizar la realidad. Y no solo implica intelectualmente hablando, sino personalmente, humanamente. Discursos como estos exhiben la depresión y la pobreza como "Deficit en la voluntad" cosificando circunstancias de altísima complejidad a una responsabilidad personal que en el fondo, es bastante limitada. Se deja por fuera el impacto de los procesos de exclusión psicosocial, donde las mismas acciones "que conducen al éxito" no dan cuenta de los mismos resultados, donde es necesario atender aspectos de mayor urgencia, por poner algunos ejemplos.

Eso, adicionalmente proviene con las formas y reglas que aprendemos en nuestras comunidades verbales, como por ejemplo lo que se espera de nosotros por ser hombres o por ser mujeres, por ser adultos, por ser jóvenes, por ser padres, por ser hijos, etc. Por estar en contextos de mas privilegio, por estar en contextos de menor privilegio.

Así mismo ocurre con las cosas que sentimos (y no solo los sentimientos negativos), cuando se nos pide "ser fuertes" (el falso estoicismo), cuando llamamos a esas experiencias "negatividad" y así (pueden insertar mas experiencias de "tener que" o "ser" en los comentarios). Y esto en sí mismo puede convertirse en una declaración de guerra. Una guerra contra de una parte de nosotros mismos, donde hay mucha rabia, mucha frustración donde las palabras progresivamente se convierten en cuchillas de mayor filo. Una guerra donde perdemos aliados, donde perdemos munición al mismo tiempo que el homicidio paulatino progresa.

Las expresiones mas sutiles de esa guerra es la evaluación lógica del contenido de esa parte nuestra, en donde el tiempo, y el presente se diluyen en ese interminable debate. Las expresiones mas fuertes de esas formas de opresión, lamentablemente se relacionan con el suicidio. El peligro de esta guerra es que se pelea contra algo que no va a salir, como empujar con fuerza un péndulo que volverá con la misma intensidad con la que empujamos.

Y no es solo por la crítica social, sino por esa "negatividad" (que me da satisfacción sentir, me recuerda el propósito de mi trabajo) que experimento cuando sistemáticamente escucho relatos de invalidación, maltrato y violencia. Una profunda tristeza cuando las personas se disculpan por estar tristes, molestos o angustiados en mi consulta.

Termino pensando que a pesar de que ellos ven en mi como alguien que ve su oscuridad, yo tengo el privilegio de conocer su humanidad.





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